Nuevo disco de la voz dorada de Malí y el tercero consecutivo en el
cual se sumerge en los sonidos de raíz. Con una instrumentación completamente
acústica, arropado mayormente por guitarras, n’gonis, kamel n’gonis,
percusiones y unos coros femeninos preciosos melódicamente, Salif Keita muestra
todavía su enorme y armónico poderío vocal. Además sorprende lanzando mensajes
muy directos y claros socialmente. En la canción que da título al disco canta:
“Soy negro, mi piel es blanca, y me gusta... soy blanco, mi sangre es negra, es
la diferencia lo que es hermoso”. Un tema “dedicado a aquellos que tienen una
diferencia: sordos, ciegos, cojos... o gays”. Nueve canciones de composición
propia (que incluyen tres delicadas revisiones de sus emblemáticos “Folon”,
“Papa” y “Seydu”) que revelan la belleza de la música mandinga, e incluso la
relacionan con la árabe, patentes en unos
preciosos arreglos de cuerda grabados en Beirut. Sus fieles guitarras
Kante Manfila y Djelly Moussa Kouyaté, Keletegui Diabaté (una institución en el
balafón), el prestigioso Bill Frisell, la cantante Julia Sarr o el trompeta
Ibrahim Maalouf le acompañan en este luminoso disco.
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