En los casi ocho años que separan "La Polinesia Meridional" (uno de sus obras magnas) y "La gran esfera", Milkyway ha abandonado poco a poco el pop spectoriano y la etapa disco de la ELO para abrazar a los Daft Punk más chicleteros, ligeras trazas de EDM (mucho ojo a "A T A R A X I A") y un electropop evolucionado de cosecha propia que sigue funcionando como un tiro. Vamos, que el nuevo disco de La Casa Azul aporta una nueva ristra de clásicos a la que es, con permiso de Joe Crepúsculo y Javiera Mena, la mejor colección de hits de bakalao-pop en castellano de la actualidad.
En rompepistas como "Nunca nadie pudo volar", basada la historia trágica de Franz Reichelt (un sastre franco-austríaco que creyó inventar un traje volador y que murió probándolo: se tiró desde lo alto de la torre Eiffel), "Podría ser peor" (puro french touch), "Hasta perder el control" o "El momento", sigue estando presente el ADN del pop emocional de laboratorio de Guille Milkyway, ese que mezcla la euforia absoluta con la angustia existencial crónica.
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