Desde el lanzamiento de “Brujería”, la popularidad de La Bien Querida ha aumentado considerablemente, en parte por la inclusión de dos temas suyos (“Dinamita” y “Los jardines de marzo”) en la tercera temporada de “Paquita Salas”. Una cosa lleva a la otra, y Ana Fernández Villaverde acabó siendo versionada en “Operación Triunfo”, y más tarde versionando ella misma “Resistiré” ni más ni menos que para la mundialmente exitosa “Élite”, “Llorando por ti” para la estupenda “Todo lo otro”, y “Soy rebelde” para el anuncio de una conocida marca de cerveza. No sabemos si todo esto le ha supuesto a nivel personal más presión, pero desde luego en su público sí que había expectativas para el sucesor de “Brujería” que para colmo vienen con cambio de sello: de Elefant Records ha pasado a Sonido Muchacho.
A ese cambio se le añade la alta presencia de sonidos latinos en este disco: bachata, bolero, salsa y rumba conviven en “Paprika” con el synth pop o con cortes españoles más clásicos. Pero desde luego no se puede decir que ahora se “apunte” a ninguna moda: su último disco lo presentó con un temazo junto a Carolina Durante, y antes de eso se acercó al reggaeton en “7 días juntos” y metió a Yung Beef en el remix de “Ojalá estuvieras muerto” sin necesitar la bendición de Los Planetas como hicieron los indies más rancietes, por poner solo tres ejemplos.
Hablando de Los Planetas, aquí vuelve a colaborar Jota, y la preciosa “No es lo mismo” se convierte quizás en la mejor de todas las uniones que han tenido Ana y él. También tenemos a Santiago Motorizado en “La Cruz de Santiago”, y Tulsa hace su aparición en una “Mala Hierba” que bien podría haber sido un hit de “El Madrileño”. Junto a la sugerente “Datbay” y el juego de “Esto que tengo contigo”, podemos observar que se trata de un trabajo mucho más uptempo. Con la producción de Sergio Pérez y David Rodríguez, el disco versa sobre “las delicias y los dolores en las idas y venidas de una relación (…) deseos, fantasías, aversiones y obsesiones”, en palabras de la propia Ana, y ciertamente es la temática más presente a lo largo de sus once cortes.
Aunque sin duda la gran joya del disco está en “Átame”. ¿Creéis que una canción puede recordar a la vez a Lana del Rey y a Scorpions? Si la respuesta es “no”, lo entiendo, pero resulta que sí, y para bien. “Átame” es para mí lo mejor del disco, y mira que hay donde elegir. Porque la angustia sexual que desprende “Juan”, el despecho fantasmal de “Como si nada” y la explosión fetichista a caballo entre Depeche Mode y New Order de “La voz de su amo” pueden perfectamente sumarse desde ya a los clásicos de La Bien Querida, junto al lead-single “La perra del hortelano”, que ya conocíamos y que es cien por cien Bienque. “Paprika” nos confirma, de nuevo, que La Bien Querida es incapaz de hacer un disco malo, ni siquiera regular.
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