Llevamos veinte años escuchando sus rimas, y sus únicos altibajos han sido provocados por la dejadez de las distribuidoras, algo ajeno a él. Militante anti violencia, combatiente ecologista y una de las mentes más abiertas para la colaboración con grupos de otros estilos, y con gente del hip hop de distintas generaciones.
Cada disco nuevo es un desafío con nuestro diablo interior, que nos susurra palabras criticas para que seamos infieles al señor Parker. Y al final nada de nada, que su voz esta calada en lo más hondo de nuestra memoria desde el “Criminal Minded”, es nuestro predicador particular. Sus últimos cortes son un retorno a la sencillez de los primeros discos con Boogie Down Productions, a pesar de la producción de Da Beatminerz: bombo, caja y una melodía, dejando todo el peso a la voz.
Sigue intacta su virtud de crear estribillos pegadizos para todos los públicos, como su “Underground”, donde exige la necesidad de las calles para que se sigan creando bandas auténticas de hip hop, con mensaje y sin tanta imagen prefabricada para “emeteuves”.
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