Noveno disco, que se dice pronto, del cantautor vasco Jabier Muguruza. “Konplizeak” (cómplices) trae diez canciones repletas de sentimientos en torno a la muerte y la vida y con un respaldo instrumental sencillo y bello.
Su desnuda y sentida voz, la cristalina guitarra de Ángel Unzu, los acompañamientos vocales de Mireia Otzerinjauregi y algún pasaje de acordeón sirven para arropar sus delicadas canciones. En esta ocasión, el saxo de Gorka Benítez, la radiante Martirio y el desgarrado Duquende, adornan también soberbiamente tres temas. Muguruza conoce muy bien la frase “en lo simple está lo difícil” y hace tiempo que recupera los espacios vacíos en sus canciones. Eso conforma una obra en la que la música es igual de importante que el silencio. Sobre los textos, algo vital en sus composiciones, nueve de los diez los escoge de una serie de autores a los que les es fiel, pero si alguno sobresale es el que escribe él mismo y que dedica a la perdida de su padre, en una demostración de poética realmente conmovedora. Y no se trata de un disco triste, al contrario, “Konplizeak” es toda una oda a la vida.
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