Qué rápido pasa el tiempo en esta época de algoritmos incisivos. A quienes estamos acostumbrados a escuchar música por plataformas de streaming y nos interesa la world music, habremos escuchado hasta el hartazgo el hit de Kokoroko “Abusey Junction” cortado del EP debut del colectivo, de 2019. Es una pena la sobreexposición que tuvo esa canción porque en la repetición y aparición de forma inesperada en cualquier lista de músicas del mundo que uno pinchara, se perdió el encanto de esa pieza exquisita. También gracias a esa insistencia algorítmica se hace extraño que este “Could We Be More” resulte ser el primer disco del grupo de Londres, sensación que se acrecienta cuando uno aprecia un sólido nivel de madurez en estos quince cortes, entre interludios y canciones.
El ambiente diaspórico se vuelve relevante en unas composiciones que evidencian con sutileza la forma en que el filtro occidental pule las influencias clásicas del grupo sobre todo el afrobeat o el highlife que aquí son retocados en clave de elegante lentitud, pero sin perder expresión.
En ese constante ofrecimiento de comodidad para el oyente es cuando el disco se vuelve demasiado easy listening o hasta algo lánguido, aunque esta sensación afortunadamente no se extienda demasiado en el minutaje total, ya que logra Kokoroko se engalanen en el fértil terreno de la dinámica.
Los precisos aportes vocales en “Something's Going On” (con un indisimulable aire a Funkadelic), “We Give Thanks” y “Those Good Times” son la llave que abre el portal de la aprobación y el disfrute de efectivos desarrollos instrumentales como los de la alucinada “War Dance”, la sugerente apertura con “Tojo” o el charmé jazzero de “Dide O”.
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