“Birth. School. Metallica. Death”, reza el nombre del libro de la banda de San Francisco, frase impresa también en camisetas negras de €25. Pocos juegos de palabras pueden definir mejor lo que el grupo significa para millones de fans en todo el mundo, y también para los miembros que pasaron por él y/o lo componen actualmente. Y es que los históricos de la banda han hecho muy poco fuera de Metallica y, en particular, a Kirk Hammett se le vio en muchas ocasiones como una suerte de empleado (cualificado, eso sí) de los jefazos Hetfield y Ulrich.
En ese sentido “Portals”, este auspicioso debut en solitario del guitarrista líder de ascendencia filipina, abre todo un interesante cofre, dando a conocer un tesoro que no todo el mundo esperaba encontrar. Y es que, a pesar de que obviamente la guitarra líder tiene aquí un papel protagónico, no estamos ante un disco puramente para frikis de ese instrumento. Así es: una de las mayores virtudes de las cuatro piezas que componen “Portals” es que sus historias no son contadas solamente por Hammett y su virtuosismo light sobre las seis cuerdas (por cierto, ¡qué gran favor le hace al disco que su nivel de virtuosismo sea light!), sino también por un sinfín de arreglos orquestales, arpegios conceptuales y un trabajo de composición desarrollado con mucha seriedad.
Podréis adivinar que aquí al ser el drama expresado sin voces, la instrumentación es épica, sobrecargada, cinematográfica, grandilocuente y… ¿hortera? Pues no. No es hortera aunque lo podría haber sido. Y aquí es donde Hammett se lleva otra felicitación importante.
La interacción de los tracks es impecable: hay una familiaridad entre ellos que hace que casi carezca de sentido escucharlos por separado, porque, aparte, el minutaje de la obra (27 minutos) facilita la sensación de entretenimiento y evita con altura los riesgos de caer en el aburrimiento. Podríamos decir que la apertura con “Maiden And The Monster” es una entrega de tensión total en medio de un crescendo proggy milimétricamente calculado. Que “The Jinn” trae la mística de los instrumentales de la primera época de Metallica. Que “High Plains Drifter” parece un certero (y muy bien arreglado) tributo a Morricone y que “The Incantation”, con su vals alla Mr Bungle en medio, deja en claro que Hammett es mucho más que un solo ultra veloz.
Escuchar estas músicas es de algún modo una experiencia reveladora, porque es evidente que en Metallica Hammett hace muy bien su trabajo, pero también es claro que no es ese el espacio idóneo para mostrar todo su potencial.
Así y todo el metal, los machaques thrashers que caracterizan al guitarrista de 59 años aparecen exactamente cuando se los necesitan, en ocasiones mimetizándose con cellos imponentes. Todo este compendio de aciertos hacen de “Portals” una apertura perfecta para una potencial carrera solista que ojalá siga trayendo este tipo de alegrías.
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