Kings Of Leon se habían vuelto previsibles, llevaban una temporada funcionando con el piloto automático. Y si en “Mechanical Bull” se comportaron como un grupo sobrio sin animo de tomar un solo riesgo y, con una ligera tendencia a rescatar el flujo compositivo de sus dos primeros discos de sonido más rock, en “Walls” encuentran el equilibrio entre ese deseo y su realidad. Han construido a su alrededor su propia tela de araña. A estas alturas de la película no pretenden dar volantazos y a tenor de lo que oímos en su séptimo disco, los hermanos Followill están en zona de confort y no la piensan abandonar, pase lo que pase.
En el soberbio y cambiante “Because Of The Times” y en “Only By Night” con su cosecha de hits, ya dieron el giro que necesitaban, ahora el plan es no estropear con experimentos su condición de banda más o menos fiable. En los primeros temas de “Walls” está la salsa de este nuevo álbum. La dinámica “Waste A Moment” es una buena presentación; “Around The World” es su carta ganadora, con un ritmo y una guitarra que engancha, mientras que “Over” tiene como canción todos los elementos que les han hecho triunfar y “Muchacho” es divertida, una pieza a la que solamente le faltarían unos vientos mariachis para funcionar a la perfección. Y no mucho más que apuntar. El tema que da título al disco es una de esas baladas insulsas y sin alma que no lleva a ninguna parte. Esa es la parte aburrida del asunto, la que certifica que Kings Of Leon nunca van a volver a sorprendernos. Quizás no quieran, pero algo nos dice que seguramente tampoco puedan.
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