Que una chica de tan solo 20 años cante “My world keeps changing fast and normal things I never thought I’d miss are obsolete” sorprendería si no estuviéramos hablando de Mikaela Straus. La artista, más conocida como King Princess, acaba de publicar su esperado álbum debut en tiempos en los que el éxito es más fugaz que nunca y la autoexigencia derivada de las expectativas creadas por los medios de comunicación puede llegar a ser un dardo venenoso. Afortunadamente, la crudeza de lo honesto ha vencido la batalla esta vez.
Cualquiera podría pensar que King Princess no es más que una joven pedante de Brooklyn sin ambiciones que solo se relaciona con sus amigos hipsters y que no hace nada más que salir de fiesta. Pero eso sería caer en los clichés que nos han querido hacer creer sobre la Generación Z. Cogiendo por prestado de la comunidad drag el concepto que da título al trabajo, “Cheap Queen” cuenta la historia de una ruptura como si de una cirugía a corazón abierto se tratara. Porque Mikaela acaba de darse de bruces con la vida adulta –y, por si esto fuera poco, mediática- y todo se vive con más intensidad que nunca. Existen momentos de ego y chute de autoestima (“Useless Phrases”, “Do you wanna see me crying?”), de poca dignidad (“Prophet”, “Homegirl”) y de, por supuesto, bajón absoluto, como esa fantástica “Isabel’s Moment” que tanto comparte con “Liability”, canción de su casi coetánea Lorde.
“Cheap Queen” muestra una King Princess vulnerable a la vez que fuerte, insegura a la vez que vanidosa (“I’m getting too cocky since everyone wants me”) y, sobre todo, honesta a la vez que sarcástica. Una montaña rusa de emociones que se reparten a lo largo de los 13 capítulos de este retrato sonoro sobre el amor y la fama cuando se es joven y nadie te ha preparado para ello. La marca personal de King Princess no solo está en sus versos y voz, sino también en la instrumentación de un trabajo del pop lo-fi al que ya nos tenía acostumbrados por su anterior EP, “Make My Bed”. Y es que ella misma toca el bajo, la batería, el órgano y el sintetizador en prácticamente todos los temas (los cuales, para más inri, han sido co-producidos por ella también). Ahora se entiende que gente tan respetada en la música como Father John Misty haya querido participar en una canción a la batería, o que el mismísimo Mark Ronson la fichara desde un principio en su sello discográfico, aún sin tener casi material publicado ahí fuera.
“I feel better with my heart out”, reza Mikaela en un estribillo a mitad del disco. Y nosotros solo podemos darle las gracias por ello.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.