Kimberley Tell estrena su primer EP, ‘135’, un trabajo de indie pop que funciona gracias a la frescura y el equilibrio que consigue con sencillez y atrevimiento. A través de esta mezcla, la actriz canaria logra, en esta nueva faceta de su carrera artística, ofrecernos un proyecto con sentido, que gira alrededor de (el concepto de) su cama, un lugar desde donde ha compuesto un puñado de canciones muy muy bien escritas (probablemente la sorpresa mejor y más agradable del EP) que consiguen transmitir sentimientos contradictorios y complejos, algo nada habitual en el género. Sonando, además, sensible pero no sentimental. Aunque su voz sea dulce, no empalaga. “Tengo demasiado tiempo para estar así de triste / tengo marcas en la piel de quedarme aquí en la cama / dejando huellas de no pasar nada”, canta en ‘Trihte’ Kimberley Tell.
Las seis canciones, de las cuales habíamos escuchado tres adelantos en los últimos meses y uno apenas un par de días antes del lanzamiento, vienen producidas con muy buen gusto por el músico argentino Matias Eisen. Sin ser un proyecto demasiado experimental o atrevido (tampoco hace falta), los temas que no llevan meses en circulación (‘Papelito’, ‘Un altar’ y ‘Melocotón’) le añaden diversidad sonora al EP. La elegancia natural de Kimberley Tell se suma a toques atrevidos y bien pensados cercanos al urbano o a la electrónica más suave. Quizá la frescura de venir desde fuera del panorama musical, a veces tan viciado, le ha dado alas para llegar a donde ella quería sin preocuparse por los códigos, normalmente útiles, pero también restrictivos.
‘135’ es, por lo tanto, un trabajo novedoso en cuanto a que supone un toque de frescura respecto a otras propuestas del indie pop femenino en español. Se nota que la canaria tiene en mente el know how del urbano, esa manera de conectar con el público desde lo sencillo, pero que en su caso consigue rodear de un aire de sofisticación no impostada. Pensemos en otras figuras del genero como Tulsa o Amaia, de diferentes generaciones. Sobresalen sobre Kimberley Tell en cuanto a potencial compositivo o proyección vocal (respectivamente) pero no consiguen sonar con esa ligereza (“me dejé las más largas para alejarme aún más de mí / acabé gastando más de lo que consumí / y mira qué bonito se ve / pero voy levantando escamas de la pared”) que es tan interesante; la mejor virtud de una Kimberley Tell que tiene talento para dar mucho más en esta nueva etapa musical.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.