El rock con ecos metaleros de los ingleses Hundred Reasons vuelve a llamar a la puerta tras unas experiencias no del todo positivas. Y ahí arriba pone Hundred Reasons porque eso pone en la carátula de este “Kill Your Own”, aunque realmente pudiésemos sustituir el nombre de la banda por el de otras decenas de grupos acomodados en la repetición de esquemas totalmente previsibles y anodinos.
En efecto, casi todo lo que encuentras en el camino de “Kill Your Own” se antoja intranscendente por su monotonía y lo tarde y fuera de lugar que llega a estas alturas de la década. Canciones tediosas como “Destroy” o “The Chance” -y así hasta casi una decena; sólo destacan “Broken Hands” por abrir de una manera optimista y “Live Fast, Die Ugly” por rabiosa y desatada- no hacen sino ahondar la herida que Hundred Reasons lleva sin saber curar desde “Shatterproof Is Not A Challenge”, lo que a la vez sirve de pequeño bálsamo: no hay decepción posible ante la escucha de esta mediocre novedad. Pero ante lo que no hay demasiado consuelo es que si ésta es la manera que el quinteto tiene de autoafirmarse tras ser despedidos por su anterior compañía, apañados vamos.
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