Si “Alone With Everybody” (2000) mantenía cierta dignidad de sus últimos coletazos al frente de The Verve, con “Human Conditions” (2002) perdió el beneplácito de la duda. Richard Ashcroft quiere ser grande a toda costa y en “Keys To The World” se sobra oscilando entre lo excelso y lo ridículo por derroteros que se le quedan bastante grandes.
Tal es su ansia de trascendencia que se lanza a jugar en todas las categorías con más pena que gloria, desgranando uno a uno temáticas tan manidas como presuntuosas. A saber; depresión y felicidad, religión y muerte, el mundo y sus gentes, el amor y cómo mantenerlo.
Los dos primeros cortes, “Why Not Nothing?” (la más stoniana del lote) y la casi Motown “Music Is Power” elevan ligeramente la media e imprimen un poco de brío al disco, que conforme avanza se desprende de toda frescura. Aburridísimas y tenues baladas como “Break The Night With The Colours” o “Sweet Brother Malcom”, donde solo destaca la capacidad vocal de Ashcroft, se adentran en el callejón sin salida del pop melodramático y lacio de raíz adulta. Puede que se fije en Dylan o Marvin Gaye, pero cada vez se parece más a Jon Bon Jovi.
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