A principios de septiembre Kevin Morby anunciaba la publicación de su nuevo disco, un “Sundowner” que declaraba era la continuación de “Oh My God”, trabajo conceptual publicado el año pasado. Ya conocemos la historia. Morby se recluye en una casa de su Kansas City natal, tras pasar una larga temporada en Los Ángeles. Allí recibe la visita de Katie “Waxahatchee” Crutchfield. Entre ellos no solo surgió una relación musical, sino también una intensa relación afectiva y personal que influyó en la producción de Morby. Y de ahí salen las canciones de “Sundowner”, grabado en un simple cuatro pistas Tascam 424 y compuesto, según el propio artista, con su guitarra inclinado sobre la propia cinta de grabación. De hecho, Morby ha declarado que podría considerar al Tascam un coautor de esas canciones, ya que fueron concebidas con la influencia de la forma de grabación. Luego el álbum fue regrabado con la producción de Brad Cook y esa es la versión que nos llega. Según Morby, este trabajo es “una representación del aislamiento. Del pasado. De un futuro incierto. De provisiones. De un augurio. De un venado muerto. De un ícono. De un hotel con temática de Los Ángeles en Kansas rural. De fogatas con mucho humo, una sirena y una carretera líneas de piel de conejo. Es una representación del sentimiento nervioso que viene con el anuncio orgulloso del cielo que otro día está por llegar a su fin mientras la luz rosada se esfuma y las lámparas de la calle y las luces de las casas de pronto se encienden”.
Crepuscular e intenso, el disco es un intento del artista de reencontrarse con su propio yo, y de paso con la extensión de este, es decir, su música. Podríamos calificarlo fácilmente de indie folk, pero tampoco le hacemos ningún feo si lo tratamos como country rock. En todo caso, y etiquetas a parte, Morby aprovecha sus sentimientos para ofrecernos su propia visión del Midwest, tras haber vivido en ambas costas de Estados Unidos. Y es que como leí en alguna parte, y ya me perdonarán que no recuerde donde, Kevin Morby escribe canciones de amor sobre lugares. Y en eso es uno de los más grandes de la actualidad.
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