La cosa va como de mosqueo: una artista que parece venir desde el folk norteamericano -por nombre y hasta pinta- y que ha tocado el bajo en una banda como The History Of Apple Pie, de sopetón se convierte en una de las niñas bonitas de la electrónica molona e indie (por pop) del momento, que tira hacia el techno. Vale que Daniel Avery la llamara para colaborar con él -y ahora le ha devuelto el favor prestándole un tema para el disco- y que es posible que hasta Ellen Allien o Maya Jane Coles la miren de reojo, pero de ahí a auparla ya, fulgurantemente, a los máximos altares del asunto tech va un largo trecho. Los temas que sustancian este debut de título homónimo son una suerte de tech-pop anoréxico, frío y nebuloso, sofisticado y espiritual, onírico y, por todo ello, ciertamente interesante. Sí, CBM y Keep Walking son un notable alto -sus melodías son espectrales, irresistibles- y la sobresaliente Anxi (cantando a pachas con su amiga noruega Jenny Hval) es posiblemente uno de los temas más alucinantes de lo que va de 2017, en los que afecta a este estilo. Más que bien, promete mucho, habrá que ir viendo.
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