La lentitud en el arte no siempre es síntoma de acierto, más en épocas como en la que vivimos, en la que parece que un consumismo tan infatigable como acelerado se torna componente genético de aquello que está destinado a un público más o menos amplio. Basta con echar un vistazo en plataformas digitales, para ver como la demanda de la corta duración y la excesiva concurrencia están en boga. El mundo gira muy rápido en el 2017, y si uno no se quiere adaptar a su velocidad, ha de crear algo capaz de lograr que las vueltas sean en torno a lo creado. Es el caso de “Take Me Apart”.
El primer paso, fue la publicación de su mixtape debut “Cut 4 Me” (2013, Fade To Mind), en la que tanto ella como los productores de Nights Slugs y los propios del sello hicieron del trabajo un centro de experimentación entre las coordenadas del techno, dubstep, drum&bass grime y rnb. Así, mientras colaboraciones tales como las de Bok Bok, Nguzunguzu o Girl Unit entre otros indicaban que Kelela estaba de suerte, las consecuencias del experimento nos indicaron que también estaba a la altura. El segundo paso vino dos años después con Hallucinogen (Warp), EP en el que se mantendrían buena parte de los colaboradores anteriores con la inclusión del tan venerado Arca, y uno de los habituales en el mainstream yanqui Dj Dahi. El resultado fue semejante al anterior, con una diferencia: la estadounidense sentaba las bases de un futuro prometedor.
Ahora, con “Take Me Apart” la promesa se cumple y su dimensión artística crece. Por un lado el número de productores aumenta acertadamente —bastaría con pensar en Knew (productor de Solange) para poder afirmarlo sin miedo—; y por otro, el desarrollo de sus habilidades como compositora que le ha llevado a reclamar naturalmente un espacio en medio del ensamblaje electrónico que constituye todo el trabajo. No significa esto que la oscuridad que envolvía sus dos anteriores trabajos se esfume, pero sí que se desvanezca un tanto, que se humanice, permitiendo respirar y entender las emociones e ideas de Kelela en un mar sintético no siempre fácil de asumir. En definitiva, logra hacer en el rnb experimental un punto de fuga más asequible dentro del género; y del disco, una obra más resistente a los bandazos del tiempo.
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