Desde Goteborg y con tan solo 23 años, el DJ y productor Carl Garsbo, más conocido como Kasbo, nos presenta su debut en largo tras una serie de singles y temas sueltos editados en diferentes sellos durante los últimos tres o cuatro años.
En la misma senda que sus compañeros de giras y sello Odesza, Kasbo también se mueve en el terreno del pop electrónico con un ojo puesto en la pista de baile y el otro directamente en estadios, aunque con bastante menos fortuna y efectismo que sus colegas yankis.
Este "Places We Don't Know" nos presenta trece temas marcados por los medios tiempos, las voces filtradas y unas bases cercanas al house más amable y digerible, en un intento de música para “bailar a la vez que lloras”, como su discográfica explica en la nota de prensa que acompaña al disco. En realidad, el aire chill y luminoso que envuelve al disco lo sitúa más en el hilo musical de una tienda de ropa de alguna filial de Inditex, o en un anuncio de chiringuito con telas blancas y estatuas de Buda en alguna playa ibicenca, y que no se me malinterprete, todo en este disco está bien hecho: la producción es impecable (hay temas que no desentonarían en absoluto en discos de Miley Cyrus), las colaboraciones vocales encajan perfectamente y le dan un aire dreamy de lo más disfrutable, y el disco en general supone una escucha agradable. Tan agradable como predecible, y ahí está el problema: a pesar de lo efectivos que resultan temas como "Snow In Goteburg", con su épica intimista a medio camino entre Sigur Ros y M83, o el dance hipnótico de "Over You" (uno de los mejores momentos del disco), el resultado final termina por resultar empalagoso y por momentos aburrido.
Cabe esperar, vista la juventud y la calidad técnica del sueco, un alejamiento en futuros discos de los clichés más manidos de la electrónica facilona de radio fórmula hacia terrenos más personales y arriesgados: seguro que podemos esperar cosas más que interesantes si eso ocurre.
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