Dos son las cosas que te vuelan la cabeza tras escuchar a Kamikaze Helmets. La primera es que no llevan guitarras eléctricas, siendo sustituidas por las teclas de Gabri Casanova. Un Whammy Clavinet de los setenta modificado con efectos de fuzz, overdrive y octavador hace las veces de guitarra, mientras que las notas graves que haría un bajo recaen sobre un Moog Model D.
La segunda es que son solo dos integrantes. La otra mitad de la banda es Kike Parra, capaz de ejercer de cantante con esa voz tan descomunal como peculiar mientras toca la batería. Y no necesitan más. No se echa nada en falta a lo largo de las diez pistas que integran este debut homónimo.
Ambos músicos son viejos conocidos de otras formaciones como Aurora & The Betrayers, Anaut o Lisa & The Lips, y se complementan a la perfección. Kike ha registrado sus partes en los extintos estudios Funkameba, con el experto en grabación analógica Santi Martín a los mandos para darle esa textura cálida. Gabri remató sus tomas en sus propios estudios. El resultado es este atípico rock sin guitarras, que en la línea de otras bandas de retro rock como Wolfmother o Greta Van Fleet recuerdan a la dorada época de los setenta: Led Zeppelin, Deep Purple, Black Sabbath, los primeros AC/DC...
Todo aliñado con unas cucharaditas de funky, atreviéndose hasta con una personal revisión del clásico de Little Richard “Tutti Frutti”. Pero son temas como “Tokkottai”, “Brother” o “Me & Myself” los que te harán quitarte el sombrero.
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