Hyperdrama

¿Electrónica dura o disco funk? ¿Por qué escoger cuando puedes tener ambos? Este debió ser el planteamiento de salida que el dúo francés encaró antes de empezar a trabajar en su cuarto trabajo de estudio. Después de ocho años tras su paso anterior, Justice vuelven con un disco en el que demuestran que una huída del imperativo de la inmediatez siempre puede ser una buena idea. Durante cuatro años han trabajado como auténticos artesanos de la producción para lograr una pulcra dualidad entre los sonidos más oscuros, punzantes y violentos de la electrònica y las melodías más envolventes propias del disco y el funk. Dos universos que coexisten pero sin solaparse. No haré ninguna broma sobre dos lobos en el interior de una cruz, pero me entendéis. La portada encarna en una sola imagen estos elementos contraponiendo un luminoso esqueleto con sistema nervioso dentro de la afilada ✝ (marca registrada).

“Hyperdrama” incluye cortes en los que muchas veces parecemos retornar a los inicios de la banda pero con detalles y giros de producción de los que han ido apareciendo en sus últimos álbumes. Desmembrando el disco, una de las maneras más claras de entender esta dualidad es con “Afterimage”, un tema que empieza con un beat llamémosle hardcore, pero que evoluciona a un espacio mucho más romántico con la aportación de la voz de Rimon en un loop disco. O bien la brutalidad con la que zarandea el combo “Generator” junto a los bajos más groovies que acompañan a la voz tan melódica de Kevin Parker (Tame Impala) en “One Night/All Night”. También encontramos momentos inesperados como la atmósfera prácticamente jazz que encontramos en el saxo de “Moonlight Rendez-vouz” o la narración retrofuturista de Connan Mockasin en “Explorer”. Además de los ya citados, cerrando “Hyperdrama” nos encontramos con aportaciones de Miguel (“Saturnine”) o Thundercat (“The End”) que amplían el universo del dúo a un nuevo nivel. Autoconscientes y seguros de su intuición Justice se aleja de los predominantes bpms acelerados de la electrónica actual y extienden de nuevo una invitación al french touch.