Si una escena ha alimentado como ninguna otra el debate en torno al consumo de ‘hits de usar y tirar’, ésa es la música de baile. Hace dos décadas, Felix Buxton y Simon Ratcliffe publicaban sus primeras producciones a través de Atlantic Jaxx Recordings, la semilla que acabó engendrando a Basement Jaxx. Coincidiendo con el cambio de milenio, el dúo londinense consiguió, gracias a su primer largo “Remedy”, acercar al gran público a la electrónica. Quince años y cinco álbumes después, Basement Jaxx regresan con “Junto”: trece episodios en los que a pesar de las buenas intenciones (sirva “Never Say Never” como ejemplo) de escapar del patrón establecido, difícilmente volverán a enganchar a los neófitos. Aunque el principal problema es que uno diría que “Sneakin’ Toronto”, “We’re Not Alone”, “Summer Dem”, “What’s The News” o “Buffalo”, por su parte, tampoco lograrán que sus fans de siempre vuelvan a subirse al carro del dúo, aún conservando intacta la fórmula que les llevó a la popularidad a través de sus éxitos de antaño. No es que a Buxton y Ratcliffe se les haya pasado el arroz, simplemente se trata de que han perdido su sitio en una escena especializada en dilapidar productores y géneros.
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