Big Black Coat
DiscosJunior Boys

Big Black Coat

9 / 10
Raúl Linares — 20-01-2016
Empresa — City Slang
Género — Pop

Con su quinto disco Jeremy Greenspan y Matt Didemus han logrado renovar su sonido y energías, gracias al trabajo de Jeremy como productor y a la mudanza de Matt a Berlín, la capital europea del techno. Hace un par de años Greenspan se encargó de producir el debut de Jessy Lanza, de la que tomo prestado varios trucos a la hora de tratar las voces y por la que se introdujo en el sonido footwork. Todo esto se ha visto reflejado en un trabajo con el que han experimentado mucho más con las voces (bendito auto-tune) y los ritmos. Tras escuchar su disco se nota también que han endurecido un poco su estilo a base de sonar más techno, un poco más sucios y aguerridos. Eso sí, que nadie se espere un nuevo “Spastik” del mítico Plastikman aka Richie Hawtin al uso, ya que ese toque soul y esa sensibilidad sigue estando ahí, lo único que un poco más oculta tras cajas de ritmos clásicas y sintes abrasivos.

“You Say That” abre el disco de Junior Boys a base de un footwork muy personal, centrado sobre todo en el ritmo, ya que los sintes y la voz tienen ese toque soul y pop característico; esa energía que transmiten gracias a la velocidad acelerada les queda de lujo y anticipa futuras sorpresas. “Over It” rebaja el tempo y continua con el uso del auto-tune en una balada muy suya, de esas de estribillo chispeante y pegadizo. Es en “C´mon Baby” donde se dan cita esos sintes abrasivos comentados anteriormente, utilizados para un tema downtempo que a eso de la mitad comienza a tener ecos de techno oscuro; tras él vuelven a su techno-pop con toque soul en “Baby Give Up On It” que gracias a ese gran trabajo vocal nos recuerda a gente como Pet Shop Boys a la hora de sacar melodías infecciosas y que en principio parecen facilonas. “M&P” sirve como ejemplo perfecto de esa renovación a base de mayor uso y desarrollo de la parte vocal y una base casi techno que se fija descaradamente en Detroit y el techno que allí se practica. Tras esto, un pequeño interludio (“No One´s Bussiness”) y uno de esos temas de los que al escucharlos la primera vez ya sabes que tienen todos los visos de triunfar, una versión del clásico “What Do You Won´t Do For Love” de Bobby Caldwell, llevado a su terreno techno-pop con mucho estilo; de arranque un poco titubeante, que parece que se va a quedar en un tema flojo, pero que hacia la mitad suelta toda la artillería y ya te tiene atrapado dándole al repeat para volver a disfrutarlo.

Si alguno dudaba de esa inmersión en el techno Detroit tan solo tiene que irse a “And It´s Forever”, fijarse un poco en la base y en los sonidos que sacan, y darse cuenta de que esta gente tiene una arsenal de sintes de esos de tirar de espaldas. Otro interludio (“Baby Don´t Hurt Me”) y otra vuelta de tuerca a su sonido, acelerando de nuevo el tempo en un intenso “Love Is A Fire”. Otro indicador de que estamos ante un gran disco es el de llegar al último tema del disco, “Big Black Coat”, y en vez de encontrarte con alguna medianería o cierre sui generis te das de bruces con otro tema intenso, personal, único y con unos sonidos y texturas que hacen muy difícil no caer en la tentación de escucharlo una y otra vez. Si no estamos ante su mejor disco, por lo menos sí que estamos ante la mejor versión que nos podíamos encontrar de este grupo, haciendo suya la máxima “renovarse o morir”.

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