Había muchas expectativas ante el retorno de Jungle, después de la agitación conseguida por el grupo con su debut homónimo de 2014 y el éxito inapelable de canciones tan radiadas como fueron “Busy Earnin’”, “Time” o “The Heat”. El retorno del colectivo liderado por Josh Lloyd-Watson y Tom McFarland se ha hecho esperar, y llega más de cuatro años después de su estreno discográfico. Vuelven con una obra destinada a convencer sobradamente y, aunque quizá no alcancen con ella ese deslumbramiento con el que arrasar a nivel global, sin duda les reafirma a nivel creativo. “For Ever” (XL Recordings, 18) es un gran disco, con momentos realmente deliciosos y que luce bien en conjunto a pesar de su generosa extensión (trece temas y casi cincuenta minutos de duración). Los británicos se expanden a gusto con esa vacilona mezcla de funky y soul convenientemente actualizada con electrónica, hasta sonar vigentes y vanguardistas. Es así como consiguen arrastrar tras de sí a un oyente que, por otro lado, lo tiene fácil para dejarse hipnotizar por esos cantos de sirena susurrados, sensuales y rítmicos que llegan desde las diferentes pistas del elepé.
El segundo largo de la formación resulta ampliamente adictivo con sus loops y adornos tecnológicos colonizando canciones convertidas en dianas y que son, en su esencia inexcusable, composiciones de géneros clásicos y negroides. La mixtura de pasado y presente (o incluso futuro) resulta funcional e irresistible, tal y como sucede en “Smile” -pieza directa con la que se abre el fuego-, “Happy Man”, la popera “Casio”, ese clásico instantáneo que es “Beat 54 (All Good Now)” o la pegadiza “House In LA”. También puntúan alto los singles “Heavy, California” y “Cherry”, además de una “Give Over” que podría haber sido firmada por Metronomy, esa “Cosurmyne” con ecos de DJ Shadow, y “Pray” cerrando majestuosamente el elepé. Este es uno de esos discos con el encantador poder de seguir convenciendo progresivamente en sucesivas escuchas, siempre dispuesto a ofrecer algún matiz adicional o inédito en cada reencuentro añadido. De hecho, de haber hecho gala de una mayor concreción y eliminando alguna elemento prescindible del lote, Jungle hubieran conseguido que “For Ever” fuese un álbum absolutamente redondo y muy difícil de olvidar.
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