Su apuesta sería un suicidio si tuviera un mercado musical en el que quitarse la vida. El nuevo disco de Julien Elsie solo se edita en CD, solo se han hecho 100 copias y una tupida mata de pelo cubre la portada. Mensaje para los que están acostumbrados a escuchar música en streaming: "Furry Home" no se puede encontrar en ninguna plataforma digital. Mensaje para los que están acostumbrados a ver vídeos musicales en Youtube: el único clip que ha sacado a modo de promo -es un decir- se titula “Home” y tal y como está el patio es muy probable que acabe siendo censurado por los guardianes de la moral sexual. Por si esto fuera poco, 5 de las 15 canciones son pasajes instrumentales, en su mayoría breves fogonazos de ruido inquietante.
Concesiones, las justas. Julien Elsie ha hecho lo que le ha dado la gana porque, a ver, ¿qué tiene que perder a estas alturas? ¿A quién tiene que rendir cuentas? Más allá de todo esto le ha vuelto a salir un buen disco, el quinto de su carrera. Canciones que remiten a clásicos noctámbulos del rock (Lou Reed, Nick Cave) y que, asimismo, conectan con la sensibilidad de bandas contemporáneas como The National o Bill Callahan. Un disco oscuro, poco accesible y, si te tomas tu tiempo, atractivo.
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