The Teardrop Explodes lo tenían casi todo para triunfar y de hecho puede decirse que durante un tiempo lo hicieron por todo lo alto convertidos en carne de portada de los semanarios musicales británicos, pero tras el resbalón comercial de su segundo álbum, “Wilder”, el grupo empezó a diluirse. En las notas interiores de estas reediciones Mick Houghton, relaciones públicas del grupo, se refiere a los celos que The Teardrop Explodes sintieron en un momento dado de sus amigos Echo & The Bunnymen y la sensación de abandono que sufrieron cuando el manager de las dos bandas, Bill Drummond (sí, el de The KLF) apretó el acelerador con los de McCullogh dejándoles a ellos de lado. En cualquier caso The Teardrop Explodes ya se encontraban en una situación delicada tras las exiguas ventas de “Wilder”, con una banda en la que empezaban a registrarse demasiadas bajas y un Julian Cope que por momentos estaba fuera de control. Llegó a haber sesiones para un tercer disco, pero no llegarían a ver la luz hasta años más tarde, en 1990, cuando Fontana lo recuperó bajo el título de “Everybody Wants To Shag...The Teardrop Explodes”.
En cualquier caso los dos años de parón, totalmente excesivo a tenor de la velocidad a la que se sucedían los acontecimientos en los primeros ochenta, no supusieron que la cabeza de Cope dejara de funcionar. Al contrario. Cope estaba convencido de que a diferencia de lo que había ocurrido con los Explodes, acogidos como la gran sensación pop del momento por la prensa británica, su carrera en solitario debería pasar por una serie de álbumes conceptuales en los que desarrollar facetas más experimentales. “Fried” y “Shut Your Mouth”, publicados de manera prácticamente simultánea por la que hasta entonces había sido su compañía, Mercury, inauguran esta nueva etapa que supondría una nueva decepción para Cope: aunque confiaba en que ambos discos iban a ser acogidos como obras magnas, lo cierto es que ambos trabajos se convirtieron en la primera piedra de un camino de malditismo que no sólo continúa sino que no ha hecho más que crecer con el paso de los años.
Puede que parte de la culpa la tuviera la icónica portada de “Fried”, convertido en tortuga por obra y gracia del fotógrafo Donato Cinicolo y que no hizo más que acrecentar las sospechas de que el consumo de alucinógenos definitivamente había que en la cabeza de Cope algo había hecho "click". Efectivamente algo eso había, y lo confirma Houghton al explicar que el título del disco ("frito”) lo eligió la propia esposa de Cope haciendo referencia al estado de su cerebro en aquellos días. Sin embargo, el disco, para el que el tiempo ha jugado a favor con sus devaneos psicodélicos, explosiones de violencia (“Reynard The Fox”), vendettas personales (“Bill Drummond Said”) y homenajes indisimulados a Syd Barrett (“Me Singing”, “Search Party”), también contenía una de las grandes perlas pop que ha firmado Julian Cope a lo largo de su carrera, “Sunspots”.
Más conectado con la etapa anterior al frente de The Teardrop Explodes (el origen de “Bandy's First Jump”, el tema que abre el disco, es incluso anterior a la formación de la banda) “Shut Your Mouth” es un genuino disco de pop piscodélico en el que Cope con la ayuda de músicos experimentados como Kate St. John (The Dream Academy, Ravishing Bauties, Tears For Fears) vuelca toda su sabiduría musical reivindicando para sí a toda una escuela ácida representada por los Beatles, Kevin Ayers, Peter Hammill,... La prensa británica -la misma que un lustro después se entusiasmó con el debut de los mancunianos Inspiral Carpets, heredero directo de este disco- no tuvo piedad en sus críticas; lo que (quién sabe) tal vez tuvo que ver con la postrera reinvención de Cope reconvertido en el hard-rockero Saint Julian, que inauguraba la nueva etapa en Island. Pero esa es otra historia diferente de la que nos cuentan estos dos volúmenes, ampliados ahora en versiones expandidas con un segundo disco que incluye las sesiones para la BBC y temas inéditos.
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