Jukebox

Déjenme que les confiese una cosa: Siempre le he tenido una manía no del todo justificada al personaje. Igual esa belleza delicada tan bien envuelta en un halo de tristeza, misterio y desequilibrio es lo que hasta ahora me provocaba sarpullidos. Pero rectificar es de sabios. Y aunque sigo prefiriendo a otras féminas de la canción de autor como Laura Veirs, Jesse Sykes o Berth Orton, he de reconocer que, desde su anterior y loado disco “The Greatest”, mi percepción sobre Chan Marshall ha cambiado.

También ha contribuido, todo hay que decirlo, lo bien que se ha sabido rodear de todos esos excelentes y veteranos músicos que conforman la Dirty Blues Band, una banda que jugando siempre al “menos es más” lo saben hacer con una elegancia digna de las producciones de Daniel Lanois. Y es aquí cuando acabamos, como siempre, en Dylan. Su pasión-homenaje al gran cantautor norteamericano deja en este disco una doble huella. Por un lado, le dedica una sentida canción “Song To Bobby” (que es junto a “Metal Heart” uno de los dos únicos temas compuestos por la cantante) y, por otro, hace suyo su “I Believe In You” porque, por si no lo sabían, nos encontramos ante un nuevo disco de versiones de Cat Power (del anterior hace ocho años), aunque podría no serlo. De hecho, la gracia de todo esto es que la americana las hace tan suyas que no las reconoce ni la madre que las parió.

Todo un acierto que deja en evidencia recientes intentos similares como los de Patti Smith y que sitúan este disco a la altura de las realizadas recientemente por Allison Kraus y Robert Plant. Bello muy bello.