Las hermanas Closner se suman a la lista de bandas fraternales que nos entusiasman, como First Aid Kit o Haim, entre muchas más. Su segundo álbum arranca con “Canyon”, que bien podría haber sido escrita por unos Fleet Foxes pasados de esteroides. Las pulsaciones tribales se transforman a lo largo del disco, para reconvertirse en bases electrónicas sobre las que tejer pop bailable y delicado ( “SOS (Overboard)” o “Blood And Tears”). Sin llegar al dramatismo de divas como Florence Welch o a la delicadeza de Laura Marling, las tres hermanas consiguen una combinación que suena creíble y ciertamente fresca. Mike Mogis (Bright Eyes, Monsters Of Folk) exprime las armonías vocales de Joseph, culminando en crescendos y baladas ideales para mirar a los ojos al final del verano (“Hundred Ways”, “I Don’t Mind”).
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