Un buen puñado de discos de rock crudo (o poco hecho) siempre es de agradecer a lo largo de cada temporada, así que el presente retorno de una figura clásica como es la de Jon Spencer entraría directo al saco en cuestión. Y eso que la última entrega del norteamericano está más cerca del aperitivo que del bistec, concentrando el sabor en ocho canciones distribuidas en un total de veinte minutos.
Poco importa, en realidad, porque la densidad sangrante del producto cunde considerablemente, concretada en rock de trazo grueso con regusto a garage, punk, blues y, por supuesto, The Stooges. Buenos ingredientes, por tanto, que pasados por la particular (y aún reconocible) sartén de Spencer sudan considerablemente hasta ver espoleado su sabor, en este caso con las aportaciones adicionales de Kendall Wind (bajo) y Macky Spider Bowman (batería) del grupo The Bobby Lees.
“Sick Of Being Sick!” no alberga dobleces ni novedad alguna con respecto a lo esperado. Y es precisamente apuntalado en torno a esa propuesta directa y desarrollada así, sin trampa ni cartón, sin colorantes ni conservantes, en donde nace la fuerza del torrente sonoro que nos ocupa. Una nueva muesca en el revolver de por sí ajado de un artista que, curtido en mil y una bacanales de este tipo, sigue vigente mientras vaga por los estratos del underground.
Desde la inicial “Wrong” a la final “Disconnected”, pasando por otras descargas eléctricas del tipo de “Get Away”, “Come Along”, “Out Of Place”, “Coulda Been” o “Fancy Pants”.
“Sick Of Being Sick!” apuesta por la pureza y la denominación de origen del invento, en un título que no se sitúa entre lo mejor de la discografía del autor, pero que resulta cumplidora y sacia esa hambre que venía desarrollándose desde que hace seis años viese la luz “Spencer Sing The Hits!” (In The Red, 18).
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