Òrbita 9.18

Joina Canyet (Joina) vuelve a remover los tópicos con su estilo personal, que mezcla la intimidad de su talento como pianista solista con su forma de componer, moderna, salpicada de pop, black music, arreglos electrónicos y urbanos (el autotune va y viene a lo largo del álbum), poesía y rap. En este segundo álbum, Joina muestra una evolución que la ahonda más en los sonidos actuales y en experimentar también con la electrónica y los ritmos, sin apartarse totalmente de ciertas coordenadas que marcaron su anterior “Companyes” (18).

Con el piano como instrumento vertebrador del disco, “Òrbita 9.18” se compone de tres episodios que tratan distintos temas, todos relacionados con encontrar nuestro propio hogar. Cada uno de ellos empieza con un pequeño preludio para dar paso a las piezas cantadas del disco. A lo largo del minutaje, la nostalgia y esa necesidad de encontrarse a uno mismo, a su propio hogar, nos invade más y más canción a canción. Las letras de canciones como “Sols per tot això – Episodi II (pastorale)” reflejan la madurez, no solo compositiva sino también personal, de la artista catalana. Otras canciones como “A cara o creu – Episodi II (pastorale)” se componen de partes melódicas e hipnóticas –cantadas en inglés– con una base rítmica con graves potentes, mezclados con partes cercanas a la urban poetry en catalán. Pero esta pieza tiene un final con un clímax total, protagonizado por un solo de guitarra sintetizada –algo que a los fanáticos del jazz podrá recordar a los solos de Pat Metheny–. Con este algo caótico solo finaliza el segundo episodio del disco, dando paso al tercer preludio, que parte de una base rítmica y voces para acabar con un melancólico piano. Seguramente este cambio de estilo en el tercer preludio se deba a que la temática de la tercera parte trata sobre la mirada hacia el futuro. De esta manera empieza el tercer episodio, que incluye dos piezas –“The Maze” y “202”– sumergiéndose en las aguas del lo-fi hip hop y de la rítmica urban en la primera y apostando por combinar el jazz funk con el rap en catalán en la segunda, como si nos Joina nos dijese que mira hacia el futuro, pero sin olvidar de dónde viene, ni cuáles son sus raíces.