Si hay algo que hace que John Maus no entre dentro del perfil básico de revivalista crónico, es su intención de sumergirse en los ochenta bajo la idea de abrir la puerta a pasados perdidos y para nada recrearse en los ya conocidos. Solamente así es posible entender que su nuevo trabajo, compuesto de temas cocinados en las mismas sesiones del fabuloso "Screen Memories", emerja como una abstracción psicofónica de la versión antártica del synth-pop de aura sci-fi tan en boga a comienzos de los ochenta. Desde el primer peldaño, "Outer Space", queda definida esta vía, a la que da plena continuación en el resto de cortes que conforman este nuevo corte de mangas contra la ultra normalidad del actual escenario pop.
Al igual que Ariel Pink -compositor de la fabulosa "Privacy", octava pieza de este "Addendum"-, el profesor de filosofía ha forjado un personaje de sí mismo para armar canciones que invocan el carácter políticamente incorrecto de los hijos del post-punk original. ¿Qué más da que este nuevo disco suene como si Ian Curtis tuviera a John Foxx de paladín sinte? ¿Acaso no es una opción atractiva para todos nosotros? Bajo tan sugerente what if… llevado a la realidad, Maus se ciñe a una verdad universal: todos los profesores de filosofía están tocados del ala. Y algo así es lo que necesitamos para barrenarnos la quijotera. Ya sea desde la imaginería apocalíptica, como en la ballardiana "Dumpster Baby", o el mismo vacío existencial invocado desde los gélidos contornos industriales del background sintetizado. Dicha simbiosis verbaliza un pulso interior distópico tremendamente revelador de la era Trump que, directamente, o por efecto mariposa, nos ha tocado vivir.
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