Encontrar una crítica de su primer disco que no empezara con la misma anécdota de que los miembros del grupo se habían conocido en una terapia para manejar la ira era como buscar una aguja en un pajar. Y, para ser sinceros, con estas cosas siempre queda uno con la mosca de la estrategia comercial detrás de la oreja, pero lo cierto es que hubiera o no terapia antes, poco la necesita un grupo que destilaba rabia a base de bien como Joanna Gruesome. Para bien o para mal, el método parece haber funcionado: en este segundo disco la parte pop está presente, pero aunque sigue habiendo guitarrazos el punto visceral de “Weird Sister” (13) parece haberse perdido por el camino. Lo cual no tiene por qué ser malo: “Peanut Butter” es un buen disco de pop noventero (herencia Pixies/Breeders), aunque también es cierto que paradójicamente son las canciones más desnudas y esqueléticas las que funcionan mejor.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.