Joana Serrat va por libre. Ajena al ruido colindante, sin un foco mediático concreto ni el favor de parte del paquete independiente que puebla nuestra escena musical. Ese carácter innegociable, la rotundidad en el mensaje o la perfección como meta diaria la llevan a explorar campos que otros no pisan. Con esa sensación de pertenencia a la tierra y el respeto a lo suyo, a Joana lo que más la gusta es viajar. En cuanto puede, coge la furgoneta o se sube a un avión. La de Vic es una enamorada de los sonidos clásicos americanos y, sin embargo, esto no la ha impedido bucear entre otras opciones y atravesar otros canales creativos. No se ha ceñido nunca a un patrón único. Lo demuestran sus discos y la evolución de una artista que no se conforma con lo ya conocido. No sé si es obsesión, pero Joana Serrat es de esas personas que mira con lupa hasta el último detalle. Con una condición, que la optimización de recursos no haga mella en la intensidad, que una cosa no invalide a la otra.
“Hardcore From The Heart” es un disco que, ante la influencia y consecuencias de una pandemia, la coloca (como a casi todos) ante el espejo. ¿Qué hacemos ahora con nuestras vidas? ¿Seguimos como si no hubiese pasado nada o bien resolvemos las cuentas pendientes? Para esta colección, grabada en Texas bajo el paraguas del productor Ted Young, la melancolía (“Summer Never Ends” la representa muy bien) y la reflexión profunda están más presentes que nunca. Las palabras son más gruesas, las frases más dolorosas y el conjunto respira verdad, honestidad. Y aunque no lo parezca, también hay un halo de esperanza. A este álbum, como a ningún otro en su carrera, hay que darle tiempo, espacio y más de una oportunidad. Sería un error quedarse con la primera impresión, al margen de que sea buena, mala o regular. Porque “Hardcore From The Heart” es un disco con paisajes diversos, que capa a capa va dibujando complicidades. Como hacían My Morning Jacket en “Z”, Jason Molina en cualquiera de sus proyectos o incluso esa Hope Sandoval que nos hace levitar.
Ciertamente, “Hardcore From The Heart” es un disco más pop y que, al mismo tiempo, atiende a su cara más experimental. Serrat ha salido voluntariamente de su zona de confort (si es que esta existía). No obstante, hay canciones reconocibles a la primera, caso de la deliciosa “Demons” y un tema como “Pictures” que apunta a futuro clásico en su repertorio, abriéndose a nuevos estilos pero sin perder esa personalidad tan clara. En “Easy”, la pieza de más de seis minutos que abre el disco, Joana arrastra la voz y se lamenta mientras susurra: “¿Cuándo me perdí en el camino?”. Pero no se engañen, a pesar de todo, hay más sonrisas que lágrimas, esta vez representadas en la épica “You’re With My Everywhere I Go”. Finalmente, “Wild Beast” y nuestra imaginación que vuela hasta la figura de Cat Power en la película “My Blueberry Nights”, poniendo la rúbrica brillante a un disco tan vital como necesario.
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