Jim
DiscosJamie Lidell

Jim

1 / 10
Redacción — 10-03-2008
Empresa — Warp / Pias
Género — Soul
Fotografía — Archivo

El inglés Jamie Lidell ha dado un paso de gigante con “Jim”, su tercer disco. Lidell ha dicho definitivamente adiós a la electrónica y ha entregado un álbum de auténtico soul pop (negrísimo, bailable, cálido y de producción brillante) que se mira en el espejo de los grandes del género (Marvin Gaye, James Brown, Prince, Sly Stone, Al Green…).

Con este disco Lidell deja de ser un hombre orquesta y se hace acompañar de una banda (guitarra, bajo, batería, teclados, dos saxos…) que engrandece su propuesta y la hace perfectamente digerible para el gran público. No en vano, Elton John le ha pedido que sea su telonero en su ‘gira de estadios’ por Gran Bretaña, cosa que el de Brighton ha declinado por tener compromisos ya cerrados. Y es que Lidell ha hecho un álbum grandioso, ha ido en busca de la perfecta canción pop en los diez temas que forman el disco, y con este empeño consigue ser la respuesta dandy y vitalista a las maneras de Amy Winehouse. “Another Day” es una de las mejores canciones que he escuchado en tiempo. Con ella se abre el álbum. Sólo un estribillo (“Another day, another way for me to, open up to you”) y ya consigue meterse al oyente en el bolsillo. Continúa con la brutal “Wait For Me” en la que juega a ser Otis Redding, y la clava. Emociona, embriaga y noquea con el single “Little Bit Of Feel Good”, la calidez de “Green Light” y el ritmo desbocado de “Hurricane”, en la que demuestra saberse al dedillo los trucos de George Clinton. Es un disco sincero y con corazón (Jamie dedica muchos de los temas a su novia Melinda) y con todos los recursos del soul perfectamente expresados: las palmas, los coros gospel, los bajos rítmicos, la alegría, la exaltación de la vida… Lleno de matices en cada corte (vientos, xilófonos, pianos…) sorprende con regates ortodoxos en las estructuras y radiantes subidas de tono. Además, Lidell canta como un negro, llega a los tonos altos y sabe ponerse dulce en los medios tiempos. Toca la fibra. Grabado en Los Ángeles y co-producido y co-escrito por su buen amigo, el canadiense Mocky, quién ya trabajó en el notable “Multiply” (Warp, 05), este “Jim” tiene muchas papeletas para convertirse en uno de los discos del año.

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