La música de Jessica Pratt siempre ha sido espartana por naturaleza, poco más que su guitarra acústica y su particular voz, unas melodías misteriosas con ecos folk, pero también pop, todo ello con ese sonido lleno de eco que parece como si grabara dentro de una cámara de resonancia. Normalmente se la suele encuadrar cercana al folk, con referentes como Joni Mitchell o Vashti Bunyan, pero en su nuevo disco, “Here In The Pitch”, Pratt orienta sus canciones hacia el Brill Building y los grupos de chicas de comienzos de los sesenta, dándonos el disco que hubiera sacado Joni si hubiera querido hacer un homenaje a The Shangri-La's.
El sonido sigue siendo marca de la casa pero desde el primer segundo del disco, cuando comienza "Life Is" copiándole el inicio percusivo al "Guess I'm Dumb" que Brian Wilson le escribió, arregló y produjo a Glen Campbell, uno sabe que esta vez Pratt se ha alquilado un apartamento en el edificio Brill de Nueva York y ha dejado un poco atrás Laurel Canyon. El resultado es una maravilla en el que se combina el sonido de siempre pero con más adornos que otras veces, tirando hacia el pop barroco, una especie de “muro de sonido” lo-fi, dos cosas totalmente contrapuestas que Pratt conjuga a la perfección.
Y es que nuevamente su voz y su guitarra son el armazón principal del sonido pero esta vez están más acompañadas, como esa percusión en la comentada "Life Is", los arreglos de cuerda casi escondidos en "World In A String" o sus maravillosos coros en "Better Hate", combinando la melancolía habitual de su música con un sentimiento más luminoso y esperanzador, quizás el definitivo sonido agridulce.
Otra de las cosas por las que destaca este "Here In The Pitch" es por la enorme calidad compositiva, con varias de las mejores canciones de su carrera. Es cierto que, después de cinco años de espera, ocho canciones, más un pequeño interludio instrumental pueden saber a poco, pero es que Pratt no ha dejado casi espacio para un solo segundo de desperdicio.
El inicio del disco es sencillamente el pináculo de su carrera, "Life Is" le puede disputar el título de mejor canción de la misma a "Back Baby", mientras que "Better Hate" no le va a la zaga, con Pratt doblándose la voz para crear maravillosas armonías y arreglos, con ligeros toques de teclados barrocos que redondean una canción inolvidable, con "la, la, la, las" incluidos. "World On A String" redondea el terceto de ases iniciales, un poco más folkie aunque nuevamente vuelve a meter toques más pop y barrocos, dejando otra fascinante canción que se beneficia de esos arreglos de cuerda casi escondidos.
"Get Your Head Out" tiene un toque a bossa nova misteriosa, mezclada con la versión del "Goin' Out Of My Head" de The Zombies. Los toques brasileños continúan con la delicada "By Hook Or By Crook", a medio camino entre Astrud Gilberto y la lounge music de Burt Bacharach, una verdadera delicia. "Nowhere It Was" puede que sea la canción más floja del disco y lo digo como un halago totalmente, porque no está nada mal, mientras que "Empires Never Know" cambia la guitarra por el piano para una canción que se vuelve a beneficiar de unas cuerdas fantasmales que la hacen perfecta para ser cantada en el Bang Bang Bar de "Twin Peaks".
Tras el breve interludio instrumental que es "Glances" llegamos al final del disco con la maravillosa "The Last Year", la canción que completa el póker de ases del disco, una melodía increíblemente bella, nuevamente salida de comienzos de los sesenta, pero tocada que con poco más que su guitarra y su voz doblada. No necesita más para emocionarnos totalmente, "Here On The Pitch" te acaricia como el primer sol de primavera y se convierte en el disco más importante de esta cantautora con alma pop.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.