Love Is The King
DiscosJeff Tweedy

Love Is The King

6 / 10
Don Disturbios — 23-10-2020
Empresa — dBpm/Anti
Género — Alt-Country / Americana

Hay una regla no escrita que viene a decir que a un artista se le exige más a cada nuevo paso que da, en función de su popularidad o relevancia. Por eso a Bruce Springsteen, Tom Waits o Bob Dylan siempre se le va a exigir mucho más que a Bill Callahan, Will Oldham o Andrew Bird. Digamos que la lente de la crítica se amplia más allá de su base de fans. Pues bien, Jeff Tweedy por culpa de, o mejor dicho, gracias a los cinco primeros discos que publicó con Wilco, siempre ha estado más cerca del grado de exigencia de los primeros que de los segundos. Y ahí sigue. Porque lo cierto es que, pese a haber publicado discos notables, ningunos ha rayado lo excelso de esas primeras obras y eso acaba pasando factura. Y más si te dedicas a grabar discos en solitario con los recursos de un amateur, es decir, con ese sonido pelado que busca lo auténtico, sí, la esencia, también, pero... ya saben, en la comparación con el legado acaba por hacer agua. Por eso podríamos definir este trabajo como 'un día más en la oficina'. Pero como está compuesto en pleno confinamiento, mejor lo titularemos como 'un día más con la familia'. Pues así ha sido grabado: con la colaboración de sus dos vástagos.

Digamos de entrada que “Love Is The King” no es un mal disco. De hecho es posible que sea el que mejor entra de sus discos en solitario. Lo cual no significa que sea el más bueno, sino más bien uno más y ahí es donde reside el problema. Es un disco que escucharemos durante unos días, los más fans unas semanas, pero poco a poco será devorado por la insaciable voracidad del olvido. Y ya puestos “Love Is The King” tiene otra pega que es más bien una amenaza. Nunca en todo el planeta hubo tanta mente inquieta y creativa encerrada en su casa durante tanto tiempo. Y eso puede resultar otra pandemia de 'obras confinadas' que en unos meses nos cobrará a todos como apesadumbradas víctimas. Al tiempo.

Pese a todo “Love Is The King” tiene buenas ideas que parecen esbozos de un cuadro posterior. Es decir, que algunas de sus canciones podrían ganar muchos enteros si dejaran su raquítica forma, para coger más volada en manos de una banda como... ¡Wilco!. Lo han adivinado. Temas como “Natural Disaster” o “Guess Again” merecerían una segunda oportunidad que no tendrán. Otras, sin embargo, no merecen la pena y deberían haberse quedado en ese cajón del material desechable que todo creador debería tener bien lleno. Nos harían un favor inmenso al resto de la humanidad.

Dice Jeff Tweedy -quien acaba de publicar también su segundo libro esta vez sobre el arte de crear- que ya tiene una cuarta parte del próximo  disco de Wilco hecha y que durante este invierno, cada uno desde su casa, irá conformando el resto de lo que vendrá. Y puede que yo sea un romántico, pero a mi esto de que una banda curre cada uno por separado me da mala espina. Y además creo que juega en contra del espíritu creativo y colaborativo de lo que es un grupo. Por eso luego pasa lo que pasa. Discos con canciones pasables, pero sin alma. Así que voy a afirmar con fuerza que cada día estoy más por reivindicar el local de ensayo, sus birras, connivencias y desfases. Eso, y no otra cosa, es una banda. Y ahí es donde surge el canalleo que Wilco y Jeff Tweedy han perdido en un peligroso ejercicio de auto indulgencia. Por favor que vuelva la jodida esencia.

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