Plays Well With Others
Discos / Jeff Goldblum & The Mildred Snitzer Orchestra

Plays Well With Others

7 / 10

Fran González — 07-04-2023
Empresa — Decca/Universal
Género — Jazz

Yo de mayor quiero ser como Jeff Goldblum. No hay tío que mole más que él, y en su senectud no solo está apostando por regalarse y gustarse como nadie, sino también por hacer lo que le da la real gana. Y encima, hacerlo bien. No se nos ocurre otra manera de verlo, a juzgar por ese trío de trabajos que el actor y ahora intérprete estadounidense lleva firmando desde 2018, donde a la vejez viruela parece del todo decidido a dejar un legado de lo más divertido y digno en el mundo del jazz. Lo hace de puntillas y desde el respeto, pues bien sabe que él no es nadie para venir a reinventar nada en este honorable oficio y a estas alturas. Pero con ese mimo, buen rollo y también talento, por qué no decirlo, el resultado que se termina consiguiendo es siempre el mismo: una colección de canciones de easy listening, ideales para ambientar las mañanas más espesas y desengrasar los ánimos más bajos.

“Plays Well With Others” (Decca, 2021), el EP de seis canciones con el que Jeff Goldblum y la Mildred Snitzer Orchestra dan continuidad a su ya lejano segundo álbum, “I Shouldn’t Be Telling You This” (Decca, 2019), no es un trabajo que le vaya a cambiar la vida a nadie ni tampoco es la mayor muestra de brillantez de la que su artífice haya hecho gala hasta la fecha (la cual, según la humilde opinión del aquí firmante, residiría sin duda en su debut, “The Capitol Studios Sessions”, donde la lista de invitados es para írsele a uno la olla). No obstante, al incuestionable buen hacer de Goldblum también se le suma aquí la participación de una nada desdeñable lista de nombres geniales y de lo más diversos con los que conjuntamente se logra con aprobado el cometido de entretener, emocionar, sugerir, y hasta enamorar.

Con fanfarrias y redobles, Goldblum y su banda crean desde el primer minuto el perfecto clima situacional para imaginarnos a nosotros mismos dentro de una abarrotada coctelería de los años 70s, donde un lujo distendido y algo de vicio permitido se dan cita entre acordes de cool jazz y swing (“A Baptist Beat”). Las luces se bajan, el tumulto desciende sus decibelios y un foco de luz dura impacta directamente en Kelly Clarkson, responsable de dar voz a una revisión sinuosa, sensual y elegante del clásico “Don’t Fence Me In”, firmado originalmente por Cole Porter, que progresiva e instrumentalmente evoluciona en el “Strollin’” de Horace Silver en una suerte de medley deliciosa. De la icónica y laureada voz de Clarkson damos un salto generacional al presente y futuro del jazz vocal de la mano de Mattiel Brown, responsable del proyecto de power-pop Mattiel, que precisamente en su disco “Georgia Gothic” (Heavenly, 22) le hicieron ojitos al propio Jeff Goldblum dedicándole un tema homónimo, cuyo guante no dudó ni un segundo el recoger el susodicho, invitando a la misma a participar en este nuevo trabajo. En esta ocasión, Brown deja a un lado el rock de dormitorio y se viste de gala para dar forma a una versión grave y honda del “Moon River” de Mancini, ahí es nada.

Poco después, Brown abandona el escenario y una sección de vientos tropicales, con aires de bossa nova y de exótica space age, nos alerta de un cambio en la dirección del menú (“In The Wee Small Hours of the Morning”), señal indiscutible de que Rodrigo Amarante está subiendo las escalinata y busca sacar su lado más crooner, metiéndose en la piel de Tony Bennett en “I Wanna Be Around”. La fiesta solo puede terminar en alto, y como maestro de ceremonias, Goldblum apuesta por poner en labios de la leyenda Freda Payne las líneas del estándar “Lazy Afternoon”, con las que echar el agua al vino y esperar a que las centelleantes velas de las mesas se terminen de consumir. La gente se levanta de sus butacas, empuña sus abrigos y se dirigen a la salida mientras un solo de saxo ofrece unas últimas y apasionadas notas que se entremezclan con el tintineante ruido de las copas que chocan entre sí en la bandeja de algún camarero que recoge ya los vestigios de otra gran noche firmada por Goldblum y compañía.

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