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Jay-Z es el puto amo. El puto amo de Tidal, de los Nets, de Roc Nation y del récord musical más sustancioso. Es el artista en solitario con más discos número uno del Billboard desde que se fundó en 1956. Catorce discos de Jay-Z han logrado ese honor solo superado por una banda, The Beatles con 19. Jay-Z nos presenta su nuevo disco titulado con la hora en la que se despertó y se puso a escribir la canción sobre la que gira todo el álbum. "4:44" y el disco giran en torno a Beyoncé y su brillante "Lemonade" (16), si esta exponía entre otras cosas la infidelidad matrimonial de Jay este asume sus errores, se disculpa y se arrastra por el fango de la culpa en varios cortes. Pero hay más, habla y mucho sobre su ego, al que ha matado en la inicial "Kill Jay Z", habla de construir una sociedad, dentro de otra en la acertada "The History Of O.J" con sample de Nina Simone incluido, "Bam" es una mirada pretérita a sus días en las calles de Brooklyn traficando y "Moonlight" pone sobre el tapete los problemas del país más grande y poderoso del planeta, con divertida referencia a la ceremonia de los Oscars y el error con "La la Land". Letrísticamente es su disco más trabajado y sustancioso en más de una década, musicalmente hay momentos brillantes pero muy alejados del sonido contemporáneo de su predecesor.

Atormentado por la culpa y preocupado por el legado que dejara no solo a sus hijos sino al mundo en general, Jay se sincera como nunca. Con una discografía tan extensa como irregular y tras cuatro años de silencio este disco viene a confirmar otro de los temores de Jay Z, y es que las nuevas generaciones pisan fuerte. Ya no le vale con un disco notable para salir vencedor, en los días de Kendrick Lamar, Vince Staples, Chance the Rapper o Tyler The Creator este disco no intimida ni se mete en la pelea por la corona por poco. Aunque la cuenta corriente de Jay Z siga creciendo como pocas pueden presumir de hacerlo…