Weathervanes

Jason Isbell se encuentra inmerso de lleno en el que es sin duda el momento más dulce de su carrera. Una cresta de la ola materializada en su inclusión como actor en la próxima película de Martin Scorsese titulada “Killer Of The Flower Moon”; el estreno en HBO Max del documental sobre la grabación de su anterior trabajo “Reunions” (20) (sin contar “Georgia Blue” su disco de versiones de 2021) y la reciente y esplendorosa edición del álbum que nos ocupa junto a los que ya son sus habituales The 400 Unit.

“Weathervanes” es un disco que, pese a mantener la esencia del toque compositivo de Jason Isbell intacta, presenta novedades. Por lo pronto el propio autor decide prescindir de la figura de un productor como Dave Cobb, para hacerse cargo él mismo de dirigir el ritmo de la grabación del álbum. Y lo ha hecho, aunque parezca contradictorio, para peder protagonismo. Para dar más espacio a los músicos que le acompañan y lograr que las canciones se aproximen más a lo que luego son en directo. Así sus ya inseparables The 400 Unit han tenido más tiempo para adueñarse de las composiciones del jefe y aportar ese toque de banda que se nota y mucho en canciones como “King Of Oklahoma”, “When Where Close“, “This Ain’t It” o esa coda final de siete minutos llamada “Miles” que rinde homenaje a Neil Young sin disimulos.

Por su parte Jason Isbell sigue manteniendo ese toque confesional marca de la casa que tan a favor juega en sus canciones. Un modo de componer que lo hace humano y próximo al oyente, sin buscar situaciones cómodas y tratando temas que, siendo personales, toman ese cariz universal en el que muchos se sienten identificados. Ese es el poder de la escritura de Jason Isbelll que no tiene reparo en sacar a pasear todos sus demonios tal y como se puede observar en el fabuloso documental de HBO Max al que nos referíamos al principio. Esta vez, Jason no ha rehuido de temas tan espinosos para el puritanismo yanqui como el aborto (“White Beretta”) o el miedo que supone llevar a tus hijos a una escuela que puede ser asaltada el día menos pensado por un loco con un subfusil automático y provocar una masacre (“Save The World”).

Y luego, claro está, están las canciones. Esas en las que Jason Isbell vuelca toda su sabiduría sureña, dándoles ese toque personal que lo elevan al altar de los trovadores clásicos de sus país, desbancando a luminarias como Ryan Adams o Josh Ritter. Maravillas como las antes citadas “King Of Oklahoma”, “Save The World” o “When Where Close“ valen su peso en oro y certifican que este hombre está tocado por la varita de la genialidad.