Jarvis

Antihéroe y figura icónica del brit pop (esto último muy a su pesar), Jarvis Cocker ha necesitado cinco años para publicar un disco en solitario. Unos años donde el de Sheffield ha estado casi desparecido, fuera de la atención mediática, refugiándose en proyectos imposibles (Relaxed Muscle) y colaboraciones ultracool (Charlotte Gainsbourg).

“Jarvis” es un disco necesario, que huele a resaca, a confesión y, cómo no, a Pulp por los cuatro costados. De hecho funciona como una especie de resumen de toda su carrera al frente de una banda que siempre estuvo a años luz de sus contemporáneos. Están presentes todos sus tics (los aires decadentes, el melodrama de baratillo, una pulsión hortera…), escudados, como siempre, detrás de grandes canciones. Aquí las hay y muy buenas. Rematadamente pop y referencial (“Black Magic” es una versión encubierta del “Crimson And Clover” de Tommy James And The Shondells), el debut del Cocker es rico, variado y, a ratos, los más, emocionante. Siguen presentes las tonadas de aires sesenteros que huelen a hit (“Don’t Let Him Waste Your Time”, la antes nombrada “Black Magic”, la conmovedora “Heavy Weather, una de las mejores del lote); se atreve a jugar a con la herencia de The Smiths en la inquietante “Fat Children” ; y acierta de lleno con diversos medios tiempos a la Jarvis que asustan por su increíble belleza: “Baby’s Coming Back To Me” y “From A To I”, están muy cerca de la perfección pop, y sorprenden por una inocencia y una sinceridad rarísimas de ver en un personaje que siempre ha hecho gala de un cinismo y de un sarcasmo extremo.

A propósito, dejen el compacto sonando hasta el final, encontrarán una sorpresa: “Running The World”, el tema de Cocker para la banda sonora de “Hijos de los hombres” de Alfonso Cuarón. Eso nos hace pensar en la llegada de un “nuevo” Jarvis Cocker en futura entregas. Bienvenido sea.