Aunque lo intente con todas sus fuerzas, Jarvis Cocker nunca podrá pasar desapercibido en la vida real. No, no podrá ser como esa “gente normal” que cobra color y vida en sus brillantes y ácidas letras. El músico de Sheffield capitaneó en los noventa con Pulp la parte más afilada del tridente brit pop, junto a Blur y Oasis, proclamándose, disco a disco, como una suerte de poeta/dramaturgo callejero que sabía condensar a la perfección drama y comedia negra, rebosante de realidad e ironía, en pildorazos pop de tres minutos a quemarropa. Tras la desaparición del grupo madre en 2002, Cocker comenzó a mudar la piel de serpiente y buscó el “fuera de campo comercial”, intentado quitarse ese traje de estrella que siempre ansio conseguir. Primero formando junto a Jason Buckle el electro dúo, industrial y cabaretero, Relaxed Muscle, y después en su debut en solitario, “Jarvis” (06), abrazando el desencanto romántico de su propio personaje y zigzagueando por el declive de Occidente, para seguir huyendo de esa inseparable sombra pop star en su último “Further Complications” (09), segundo asalto bajo su nombre, donde continuó desplegando eclecticismo sonoro y su esencia más crooner.
Creador inquieto, ha abarcado un amplio espectro cultural y desempeñado infinidad de roles, colaborando sin pausa en múltiples proyectos: de bandas sonoras, a discos instrumentales, de presentador televisivo, a crítico cultural y, previo paso por caja en una triunfal gira de regreso de Pulp por los festivales más potentes del mundo en 2012, prosiguió su retiro en semiclandestinidad, firmando junto a otro outsider, el pianista Chilly Gonzales, su última, glamurosa y decadente obra conceptual hasta la fecha, “Room 29” (17).
Jarvis Cocker vuelve a reinventarse y se presenta como JARV IS… en este experimental y vibrante “Beyond The Pale”. Un proyecto concebido como una nueva forma de crear canciones. JARV IS… nació para actuar, a finales de 2017, en el festival de Sigur Rós “Norður og Niður” en Islandia. Cocker ideó el proyecto como una manera de escribir canciones en colaboración con la audiencia. Para ello, la formación grabó sus directos y analizó el desarrollo de sus temas en vivo. Con Cocker al mando (voz, guitarra, percusión), el elenco lo completan: Serafina Steer (arpa, teclados, voz), Emma Smith (violín, guitarra, voz), Andrew McKinney (bajo, voz), Jason Buckle (sintetizadores y sonidos electrónicos) y Adam Betts (batería, percusión, voz).
Según cuenta Cocker, tras una aparición en el festival Desert Daze de California, el productor y multiinstrumentista Geoff Barrow (Portishead, Beak, Quakers), sugirió que estas grabaciones fueran usadas como base del álbum. Después, en los Narcissus Studios de Neasden (Londres) se añadieron capas instrumentales y voces. La posproducción se realizó en el estudio de Place du Big Boss del Raynes Park y las mezclas la hizo Craig Silvey en los Toast Studios, ambos también en Londres.
De este proceso de creación en continuo movimiento y cambio, JARV IS... nos llega como una experiencia inconclusa: música viva que sentimos serpentear y acercarse como propia esencia y requisito de su existir hacia delante. “Beyond The Pale” “no es un álbum en vivo, es un álbum vivo”. Avisados estamos. Ahora toca dejarse llevar en cada escucha y formar parte de sus transformadores directos.
Pista clave que ejemplifica la razón de ser de este proyecto es “Am I Missing Something?”, la más antigua del lote, que, como nos cuenta Cocker, comenzó a coger forma hace más de siete años y desde entonces no ha dejado de mutar. El palpitar de la conciencia, elevándose entre estrellas en la negritud del universo, externo e interno, en busca de un puñado de felicidad o algo que se le parezca. Con Alan Watts y las teorías del inconsciente de Jung pululando a sus anchas entre líneas. Una lluvia de sintetizadores, percusiones futuristas, arreglos de cuerda y un coro que nos hace cerrar los ojos y levitar, mientras Cocker irrumpe dejándose la garganta en un: “Waiting for my sponsorship deal/Waiting for flares to come back in again/Getting in touch with the Spirit of the Depths/Aspiring to be well-heeled…”, tras el que nos tenemos que frotar los oídos, con Bowie en el aire y el latir de “BlackStar” (16), presente en cada surco, desbordándose sobre nosotros.
Antes, el misterio comienza a expandirse en la inicial “Save The Whale”, con Cocker invitándonos a que nos dejemos llevar y a movernos “beyond the pale…”, sembrando susurros cohenianos entre sonidos intergalácticos y una omnipresente arpa. Suelta lastre y hace que la nave despegue, en un cielo plagado de bolas de espejos y texturas multicolores que esconden un nuevo mundo, algo parecido a lo que reflejaban los ojos, abiertos como platos, del astronauta de “2001, una odisea en el espacio”.
Funde “Must I Evolve?” y ya estamos en órbita, cogiendo velocidad por momentos, con unas percusiones y coros muy marcados que nos empujan a una evolución sin control hacia lo desconocido, recorriendo en una máquina del tiempo la historia que le sigue al Big bang particular y continuo que Cocker dibuja canción a canción. La cara B nos recibe con una suave y seductora brisa en “House Music All Night Long”, mientras la lava ardiente del centro de la Tierra se abre paso, poco a poco, entre las grietas de un corazón herido, inundando de fuego redentor una pista de baile que es ensoñación y pesadilla intermitente, en una dulce y amarga espera.
Si “Sometimes I Am Pharaoh” es la tormenta sonora que describe la sensación de extrañeza, incomunicación y baile de máscaras alrededor del consumo rápido en los lugares turísticos masificados, desde el punto de vista de una “estatua humana” que nos observa y hará saltar, en “Swanky Modes”, Cocker nos da un respiro, tejiendo un oasis de aparente calma con su envolvente fraseo y un elegante piano, aderezados con los arreglos de cuerdas preciosistas y luminosos de Serafina Steer. Y tras ese reencuentro inesperado en una tienda de ropa de mujer de Camden (“Swanky Modes”), removiendo recuerdos y despertando deseos, nos dejamos arrastrar por la atmósfera compleja de “Children Of The Echo”, tema de cierre que para muchos será familiar, ya que se grabó durante la actuación de la banda en el Primavera Sound de Barcelona en 2019.
Solo queda despertar o creer que lo hacemos… De una manera u otra, como recita Jarvis Cocker, “somos hijos del eco” y bailando repetiremos su mantra hasta desvanecernos:
“Sooner or later / everything will remind you of / something else. / So repeat after me: / I am breathing / I am dancing / I am a product of all my ancestors both / living & dead". I have created an / all-seeing, all-knowing, / all-powerful entity. Who does not care about me one bit / No, not one bit”.
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