Saturday Night, Sunday Morning

Jake Bugg irrumpió en escena poco menos que arrasando, con la vitola de nuevo gran nombre de la música inglesa y blandiendo un perfil de cantautor clásico que bebía de compositores como Bob Dylan, Ray Davies, John Lennon y Paul McCartney, Donovan, e incluso Noel Gallagher o Alex Turner. Su imagen ultra británica, con cara de imberbe capaz de liarla parda y ese eterno flequillo como principal distintivo, contribuyó seguramente a aumentar unas expectativas refrendadas en base a aquel notable debut homónimo de 2012.

Casi diez años después, el de Nottingham entrega el que ya es su quinto disco de estudio, con una popularidad que, al menos por estas latitudes, ha ido menguando al tiempo que caían discos como ‘Shangri La’ (Virgin EMI ,13), ‘On My One’ (Island, 16) y ‘Hearts That Strain’ (Virgin EMI, 17). Una secuencia de títulos alejada de las bonanzas del debut, pero durante la que, a cambio, el vocalista ha conseguido mantener un nivel aceptable que seguramente merecía más atención. En cualquier caso, Bugg reaparece ahora con ‘Saturday Night, Sunday Morning’ (Sony Music, 2021), su trabajo más diverso y desprejuiciado hasta la fecha, en el que asume nuevas direcciones (con la inclusión de elementos electrónicos y una instrumentación más consistente) que tienden a resultar favorecedoras, empeñado en actualizar su presencia. Al menos en parte, porque la presente referencia también incluye piezas de corte más tradicional que el músico sigue manejando con solvencia y buen tino. Entre las novedosas destacan “All I Need”, la casi discotequera “Screaming”, “Lost”, “Lonely Hours” o una “Rabbit Hole” que podría haber pertenecido tanto a Arctic Monkeys como al mayor de los Gallagher. Por su parte y en el ámbito contrario, estarían la retro “Maybe It’s Today”, “Kiss Like The Sun”, “Downtown”, o la final “Hold Tight”.

Unas y otras convierten al disco en una colección de canciones algo confusa, pero que funciona gracias al generoso número de aciertos –de uno u otro tipo– y al ritmo dinámico al que laten sus treinta y seis minutos de duración. ‘Saturday Night, Sunday Morning’ (Sony Music, 2021) vuelve a quedar lejos de aquel ‘Jake Bugg’ (Universal, 12) que tanto auguraba, pero es un álbum que funciona y nos recuerda el talento de su autor cuando se trata de componer canciones de aspecto pop y alma folk, que interpreta con su reconocible voz aguda.