En este segundo trabajo de la trilogía que tiene prevista para este año, Ryan Adams no sólo mantiene el tipo compositivo sino que además lo afianza hasta tal punto que, de seguir este camino, acabará reclamando un lugar entre los Townes Van Zandt, Steve Earle y Gram Parsons de este mundo. Quizá la comparación resulte exagerada, pero dada su edad y la insultante facilidad que demuestra para escribir buenas canciones no resulta un planteamiento tan descabellado.
En este segundo trabajo de la trilogía que tiene prevista para este año, Ryan Adams no sólo mantiene el tipo compositivo sino que además lo afianza hasta tal punto que, de seguir este camino, acabará reclamando un lugar entre los Townes Van Zandt, Steve Earle y Gram Parsons de este mundo. Quizá la comparación resulte exagerada, pero dada su edad y la insultante facilidad que demuestra para escribir buenas canciones no resulta un planteamiento tan descabellado.. “Jacksonville City Nights” es una delicia para todos los que gustan del country en sus diversas mutaciones. Sin estridencias, con delicada elegancia, sin ornamentos artificiosos, así se deslizan de forma sinuosa y lenta los quince temas de este disco. Deja huella en “Hard Way To Fall”, “Peaceful Valley” y “My Hearth Is Broken” como si de Gram Parsons se tratara; se acompaña de la suavidad tonal de Norah Jones en esa preciosa balada que es “Dear John”, pero conmueve por igual en la melancólica “Setember”. Y para acabar, regala un doble broche de oro: la excelente “Don´t Fail Me Down”, que hubiera podido encajar sin problemas en su primer álbum, y una epatante versión del “Always On My Mind” que conmueve al más rudo de los vaqueros.
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