El góspel sacó de la oscuridad a Izo FitzRoy. Fue la base sonora tanto de “Skyline” (17), su primer trabajo, como ahora en “How The Mighty Fall”, en el que, además, añade su sonido blues y soul característico. Y no solo eso: se atreve con géneros como la música disco en “I Want Magic”, en la que el productor Dimitri From Paris aporta un toque fresco al álbum. Pero el resto de las canciones de FitzRoy no son, para nada, oscuras y tristes: los toques funk de “Blind Faith” o las reminiscencias disco en “Slim Pickings” recuerdan a los mejores años sesenta, en las que también convergen influencias de la Motown. Miembro de coros de góspel desde los diecinueve años, la potencia vocal de FitzRoy es particularmente notable en temas como “Wolves In Disguise” o “Liftin’ Me”, y se la encuentra como pez en el agua en compañía de más voces.
La cantante creció escuchando las más grandes del género, como Aretha Franklin o Mahalia Jackson, y eso la hizo interesarse desde muy joven en ese tipo de música, alegre y evocadora. Precisamente, los coros son una parte muy importante de sus trabajos. Muestra de ello es “Purify”, en la que se aprecian voces de acompañamiento durante toda la canción que se juntan con el soul de los instrumentos, algo que no dista de su anterior trabajo. Las letras, de un claro empoderamiento, retratan una ruptura amorosa en la que deja claro que necesita espacio y no está para entretener a la otra persona, como aclara en “Ain’t Here for Your Pleasure”. Una revelación brillante del soul y el góspel con sangre británica.
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