Sin lugar a dudas Todd Terje es uno de los grandes nombres del disco contemporáneo y tiene una habilidad innata para sacarle lustre a los rudimentos básicos de la electrónica e infiltrar en los sets de los mejores Dj’s sus ritmos irresistibles. Sin embargo, parece que en su primer álbum ha intentado desligarse de su imagen de productor de hits de discoteca y ofrecer una paleta musical más variada. Y es cierto. Es un tipo con un talento increíble, pero la mayor parte de lo que se puede escuchar en este disco es prescindible. Parece un ejercicio de estilo más que un intento honesto de hacer un larga duración de música electrónica divertida y a la vez interesante. Cuatro temas se habían publicado ya y los otros ocho se entrelazan de diversas maneras. No obstante, tiene momentos muy buenos como la colaboración con Bryan Ferry (en la versión del “Johnny And Mary” de Robert Palmer), “Delorean Dynamite” o incluso partes de “Preben Goes To Acapulco”, reminiscentes a bandas sonoras de videojuegos de ocho bits. Aún así, lo mejor sigue siendo lo que ya conocíamos, y por eso Todd Terje no alcanza la excelencia esta vez.
es la ostia este disco joeeeer