Kevin Shields planteó a Sony por primera vez en 2001 compilar los Ep’s publicados por My Bloody Valentine al abrigo de Creation. Poco después pensó que, puestos a enfrascarse en la remasterización de aquellas canciones, podría hacer otro tanto con los dos discos que definen y constituyen la principal herencia del grupo, “Isn’t Anything” (1988) y “Loveless” (1991). Una década después la de estas reediciones se había convertido en una nueva historia de nunca acabar con la que engordaba un poco más la leyenda del músico perfeccionista hasta lo enfermizo. Shields, sin embargo, apunta a la compañía por el bloqueo al que sometió todo el proceso y lo que dice suena creíble...
En realidad tampoco es la razón de ser de estas líneas buscar culpables. Bien está lo que bien acaba porque, como el propio Shields reconoce, todo este retraso ha permitido madurar un trabajo que en el caso de “Loveless” se concreta en dos remasters diferentes: el digital, tal y como se concibió para el CD de 1991 pero una vez superados una serie de problemas técnicos; y un segundo analógico a partir de las cintas de media pulgada originales que no llegaron a utilizarse en su día por una serie de errores en la mezcla que hoy son subsanados.
Aquellos que escuchan música brutalmente comprimida en un reproductor de mp3 difícilmente encontrarán lógica alguna al lanzamiento, pero quienes por contra tengan la suerte y el buen criterio de disfrutar de ella en un equipo de sonido de calidad apreciarán la diferencia: más que nunca la música de MBV es un lugar para vivir dentro. La jugada se remata con ese necesario recopilatorio de Ep’s, la mayor parte descatalogados desde hace tiempo, que además cuenta con varias joyas: la versión larga de “Glider”, “Sugar” (una rareza que se había incluido en un flexi para el mercado francés), el single "Instrumental #1” y tres temas inéditos.
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