Bestia sagrada (Edición dorada)
DiscosIsabel Do Diego

Bestia sagrada (Edición dorada)

8 / 10
David Pérez — 30-10-2022
Empresa — Autoeditado
Género — Folk

Tras comulgar con los orígenes en “Depueblo” (20), sembrando campos andaluces con folclore brutalista y electrónico espectral, Isabel do Diego reaparece y vuelve a abducirnos con su enigmático y marciano universo sonoro en “Bestia sagrada”. Doce pistas (Edición Dorada) en las que la revelación se hace carne y viceversa, siguiendo las huellas de una fe que parece esquiva y que, sin embargo, el rastro de su luminosa oscuridad nos conduce al otro lado del espejo, rezumando por los poros de la piel, en busca de roce y goce. La divina pasión y la pasión divina, la ferocidad animal que resplandece al arder en su sagrado deseo. Una aventura laberíntica de ese minotauro en celo a las puertas del cielo que llevamos dentro, bestia sagrada que quiere saciar sus apetitos para trascender su corpórea y carcelaria finitud. Surcos que Isabel do Diego teje a base del bestiario nipón, imaginería católica, tradición islámica y raíces andaluzas. Todo empapado por un manto de sudoroso sonido experimental donde palpita la belleza de lo monstruoso y la excitante espiritualidad de un mal sueño.

Como en su anterior trabajo, la potente propuesta teórico-sonora que nos brinda Isabel do Diego, nos pide a gritos un despliegue performativo que complete esta nueva y genuina experiencia exorcizante, donde la personalidad y estética lynchiana de Do Diego vuele libre y pueda desplegar, en todo su esplendor, los aromas y texturas de cada una de sus inquietantes pesadillas sónicas.

De la obertura espectral inicial de “Sigila”, a piezas que nos atrapan a la primera, con la brillante negritud de los textos y sus siniestros tentáculos instrumentales, como “Cuerpo bendito”, el hechizo electrónico-industrial de “La vida en volandas”, o ese hit que podría sonar en la rave de nuestra última noche en la Tierra, “Tus muertes a caballo”.

La libérrima exploración vocal e instrumental (ADN que comparten cada uno de los temas de “Bestia sagrada”) no cesa, rozando y sobrepasando por momentos el ruidismo y el aquelarre, destacando piezas como “Bocanadas como virgen”, una “Comerme las flores con tiento” que parece parir Isabel do Diego en la mismísima habitación roja de Twin peaks, o “Cataliza”, en la que comparte bajada al inframundo y entrada a otra dimensión con Maria Arnal.

¿Recordáis la canción que entonan las niñas, saltando a la comba, en “Pesadilla en Elm Street”? Pues, quien sabe, puede que cuando escuches “Bestia sagrada” y justo antes de que cierres los ojos, te llegue el eco angelical de un: “¡Uno, dos, Isabel do Diego viene a por ti!” y, si te vence el sueño, aparezca Diego Calzada con una máscara dorada a tu lado. Avisadas y avisados estáis.

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