Ahora lo tenemos claro. Por favor, no me mezclen a Deftones, System Of A Down, Amen o Slipknot con toda esa panda de formaciones de nu-metal con menos imaginación que talento. Y es que, como de costumbre, no resulta sencillo separar la paja del grano. Que si Puddle Of Mudd, que si Mudvayne, que si Disturbed, que si Taproot, resumiendo, poca inspiración y mucho oportunismo.
Por suerte y aunque tengamos muy claro que Slipknot hacen de la imagen uno de los pilares de su propuesta, no estamos ante una formación tan aséptica como muchos de sus competidores. Slipknot, comediantes o no, le meten huevos al asunto y no se sonrojan por combinar nu-metal con death, con apuntes thrash, con dobles bombos mortíferos y con algo de melodía.
Nuevamente, producción de lujo a cargo de Ross Robinson, exabruptos, fiereza metálica, guitarras pesadas y, sobrevolando el conjunto, la sensación de que, por mucho teatro que haya en el asunto, los nueve de Des Moines seguirán siendo infinitamente más dañinos que cualquiera de sus competidores.
Ahora lo tenemos claro, con “People=Shit”, “The Heretic Anthem” o “I Am Hated”, los estadounidenses se han ganado definitivamente un puesto de honor en su liga. Una liga, dicho sea de paso y a pesar suyo, con mucho equipo regional de presupuesto internacional.
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