¿Qué ocurriría si todas las muescas alojadas en nuestro inconsciente debido a sucesos veraniegos se conciliasen un día con el sujeto y salieran con serenidad, a la luz? Pues a Kathy Dawn Lang le ha ocurrido “Invincible Summer”, el disco que hace buena la expresión “de madurez”.
Un disco que calienta sin abrasar y que suena tan confiado que uno primero piensa que Kd puede cantarle sin miedo al amor de playa californiana porque lleva una capa de protección quince. Bastante lejos del neo y mucho de country, la canadiense ordena sus cosas del querer y escurre sudores a la sombra de Brian Wilson y demás clásicos de pulida factura. Hasta Bacharach le sentaría bien a “Invincible Summer” (el contexto natural del título es un párrafo de Camus). Y si el lugar es California, el momento es el atardecer en agosto. Kd Lang pone su impecable interpretación al servicio de un sol que ya no quema y toma su paleta de anaranjados para colorear temazos como “The Consequences Of Falling”, “Extraordinary Thing” o “Summerflying”, un single que en boca de cualquier otro intérprete maduro podría parecernos vacuo y en la de Kd Lang ha sido la canción de mi otoño particular.
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