Tras un descenso a los infiernos de la enfermedad mental (trastorno bipolar, depresión, TDAH) al no saber gestionar la fama y atención mediática que le proporcionó su excelente disco de debut, “Seasons Of My Soul” (10), y de un álbum de versiones balsámico, “Boys Don’t Cry” (12), la mejor versión de Rumer vuelve con “Into Colour”, trabajo que da nuevos aires a la carrera de cantante británica nacida en Pakistán, mucho más que un simple intérprete de white soul y soft pop vintage.
Sarah Joyce se aleja del espíritu revival al insuflar intensidad y verdad a los géneros que venera; la inglesa se vale del soul blanco y del pop relamido para exorcizar sus demonios, o si lo prefieren, espanta los miedos cantando. Lo hace con unas canciones bellísimamente arregladas por Rob Shirakbari, estrecho colaborador de Burt Bacharach y actual pareja de Joyce.
Rumer muestra sin tapujos sus miedos a volver al ruedo mediático de la música en ese caramelo disco que es “Dangerous”, habla sobre un aborto involuntario que sufrió en la conmovedora “Butterfly”, y muestra su lado más emotivo en “Sam”, dedicada a su ex novio Sam Winwood, figura clave en su recuperación.
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