Cualquier artista ha sentido aquello del vértigo ante el papel en blanco. Cualquier persona que maniobre con la creatividad lo habrá sentido alguna vez. Ahora bien, si eso ocurre es porque siempre hay un momento en el que el acto de crear no aparece como una necesidad vital inabarcable, sino como una obligación. Esta reseña es una demostración palpable de que ese vértigo existe. Lo siento yo al intentar escribir sobre un disco del que poco puedo apuntar, sobre un álbum que aporta ligerísimos cambios (más marcados en los últimos cortes y en algún toque electrónico, aportaciones del bajista Carlos Dengler, ahora ya fuera del buque) con respecto a los pasos previos de los estadounidenses, sobre un trabajo que, como ya imaginábamos, vuelve a trabajar el sonido y no busca hits (aunque algunos, a la particular manera del grupo, sí que hay: “Barricade”, “Memory Serves” o “Summer Well”, por ejemplo). Y creo que lo deben haber sentido Interpol al enfrentarse a la creación de su cuarto larga duración tras los tres años de rigor entre disco y disco. ¿Sienten la necesidad de componer nuevas canciones en su línea habitual o son ya esclavos de ese sonido? Ojalá tuviese una respuesta clara a eso. Lo único que puedo decirles es que vivo una sensación extraña escuchando sus diez nuevas canciones.
A veces creo que Interpol navegan hacia ninguna parte para, a la escucha siguiente, estar convencido de que Interpol hacen muy bien lo que hacen (aunque jamás vayan a hacerlo nuevamente con tanto acierto como en “Turn On The Bright Lights”), y ese es su mérito.
vaya crítica dificil de leer...que espesa,,,divaga demasiado sin decir nada en claro, intentando meter con calzador palabras "rimbombantes"...en fin, el disco a mi gusta, y el tema 'Lights' de lo mejor del 2010..y eso que "Lights" ni merece un comentario en la crítica,,curioso..
Cuántas veces has escuchado el disco?¿? vaya m..... de crítica, el disco es muy bueno, barricade es muy potente, Interpol están infravalorados, es una crítica rara. Interpol son y seguirán siendo grandes.