Mantener vigentes las cualidades tradicionales de su sonido y contar con un buen número de canciones efectivas es una fórmula válida para que, tras una prolongada temporada en barbecho, un retorno resulte más que digno. Es lo que han logrado Inspiral Carpets justo veinte años después de “Devil Hopping” (Mute, 94), remarcando peculiaridades en el que es su quinto disco de estudio: ritmo, verticalidad, hedonismo y descaro en una mixtura con resquicios del sonido madchester, la cultura de clubes, y el indie-pop de los primeros noventa, con especial mención para los palpables teclados de Clint Boon. La formación británica apuesta así por una línea continuista con la que evitar complicaciones, e “Inspiral Carpets” disipa dudas al imponerse como un álbum confiado y funcional, capaz de mantener la añorada esencia del grupo, pero también de añadir valiosas piezas a su cancionero.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.