"Insignificance” es un disco de rock, alejado un tanto del pop sutil y soleado del precioso “Eureka” (Domino, 99) con su experimentación incluida, pero sin perder una identidad que se desprende de cada uno de sus cortes. Su nuevo trabajo, con siete exquisitas perlas de lujo atemporal nos dibuja un repaso al rock de los últimos años, desde la energía a lo Sebadoh en “All Downhill From Here”, pasando por la cara más rockera de Lou Reed en “Therefore I Am”, pero sin separarse del todo del embrujo pop que tienen canciones como “Insignificance”, donde el piano ejerce de conexión con aquellos cortes brillantes de “Eureka”. Más directo de lo que se podía esperar, el nuevo disco de este mago de la melodía se disfruta por contener unas composiciones sencillas alguna de ellas desnuda y acústica como “Good Times”, pero sobre todo por alejarse sin concesiones de esa insignificancia de algunos de sus contemporáneos.
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